miércoles, 7 de octubre de 2009

Drama Gamer

Campeo. ¿Sabes que es campear? Es un termino utilizado en el argot de los videojuegos de guerra. Buscas un rifle francontirador y te escondes entre la maleza esperando a que un fulanito se atravieze en tu tino de apache marihuano.

¡Bang!

¡Headshot!

El soldado cae fulminado por una bala que le hace estallar el craneo en un borbotón de pixeles multicolores. En mis audifonos conectados al videojuego, escucho lo que parece ser un ¡Fuck you, fucking beaner!

- Bad luck buddy. Contesto en mi ingles pitero estudiado en Harmon Hell.


Un craneo más se suma a mi puntaje. 2 mas y habré ganado esta ronda.

Muchos dicen que es de putos campear. Yo digo que no, que es cuestión de estrategia. 100 personas, disparandose unas a otras en un mapa de menos de 50 metros cuadrados, me lleva a pensar en la ingeniosa idea de ocultarme en lo alto de unos arboles donde me mimetizo con el follaje y blah blah blah blah... Si, campear es de putos ¿y que?

Por lo menos no le hago "Teabaggin" a los rivales caídos... ¿No sabes que es teabaggin? Joder. Imagina que dos bolsitas de té negro cuelgan de tu cintura y que la boca de tu rival caído en batalla es una tacita con agua humeante que espera ansiosa esa fina mezcla de tés, bergamota y un toque de naranja... Sabes de ello hasta que lo vives.

¡Benditos videojuegos! Dioses del ocio y la catársis...

Nada mas terapeutico que imaginar que el pelado ese al que le estas vaciando un cartucho de escopeta en plena jeta es, dos puntos: el cabrón que te madreaba por nerdoso y no echarle porras a la selección; el maestro que te amorataba a reglazos las manos por no poner atención; la novia de manita-sudada que te puso los cuernos con el cabrón que te quitaba el lonche cuando ibas en primaria y un largo etcetera de antagonistas generacionales.

Puta niñez.

Por eso mejor me la pasaba jugando videojuegos... En esa realidad por lo menos me dan chance de darle de culatazos al cadaver de un caído sin el penoso remordimiento de aparecer en la portada del ¡ALARMA! Aunque mentiría si dijera que no veo la cara del Supervisor Pérez Leyva cada cez que le atoro una granada en el culo al jodido extraterrestre que me dispara detras de su escudo de energía. El muy bastardo.

¡Bang!

¡Headshot!

Le di a otro. En mis audifonos escucho el sónoro rugir de algun niponcillo que me recuerda a mi globalizada madre. Ahora que lo pienso, en verdad los videojuegos acercan a la gente. Hace 10 años, cuando andaba cagadito jugando tetris en mi primer Gain Voy, no me pasaba por la mente que terminaria jugando una consola de ultima generación, con conexión a internet, mensajeria mobil, camara, audifonos y añádase aquí mamada y media más que le quieran poner; jugando en un ring virtual en contra de los jugadores mas chingones de diferentes partes del ocioso planeta... Aparte de que es recagado aprender cosas como que Fligio di puttana, son of a bitch e hijo de puta suenan igual de ardidos aquí y en china.

Lo que parece ser mi tercera y ultima victima para completar mi enesima muerte y ganar el juego, se asoma temeroso detras de unas rocas. Lo enfoco con la mira y aprieto el gatillo virtual.

Clic.

Se me acabaron las putas balas.

Ok, no hay pedo. Aun tengo un revolver de corto alcanze con suficientes balas como para joderme al pelado ese. Bajo del arbol en donde estaba oculto. Avanzo despacio hacia mi adversario. Estoy justo detras de el, lo mataré limpio con un cachazo.

En esas estaba ya saboreando las mieles de la victoria cuando...

Se fue la luz.

No hay comentarios: