miércoles, 30 de julio de 2008

La lena-historia

     Son las 6:37 p.m. en el reloj de pared ubicado en el estudio. Eckels está ahì. Sentado e inerte en el sofá, mientras sus ojos observan fijamente sin pestañear el objeto brillante que yace frente a él.
Ni siquera puede mantener un soliloquio en su mente. Los pensamientos se aglutinan; está por demás decir que se encuentra –en sus propias palabras- “ciclado”.

Toma el vaso de vodka que está a su lado. Lo bebe de un golpe. Vuelve a servirse vodka. Se reincorpora y sostiene el vaso con ambas manos mientras esboza una pequeña sonrisa.
- Esto es taaaan “viejos tiempos”- Dijo para si, mientras un sin fin de imágenes de su vida universitaria aparecían una tras otra como si hubiera un proyector de diapositivas en su mente.
- No, no, no,no… concéntrate. ¿Qué vas a hacer?, ¿qué le vas a decir?... ¿qué te va a decir?- Se regaña mentalmente mientras bebe del vaso otra vez.
Eckels, autor de diferentes libros de corte surreal y onírico, director y fundador del semanario satírico “Criadillas Políticas”, productor de varios filmes y ganador del premio “badass KOF EVER”, se encontraba, siendo ahora las 6:45 p.m., en un momento crucial en su vida.
Ya no podía dejar pasar más el tiempo. Akuma-she, con quien ha mantenido hasta ahora una relación de 13 años, esperaría por él a las 7:00 p.m. para ir a cenar.
Bebe otra vez del vaso. Piensa.
- Mañana a ésta hora estarás pleno y satisfecho, o tirado en el rincón llorando en pose fetal… okei, otro vaso… Akuma-she, jamás pensé… ¡no!, muy indeciso… Akuma-she, yo quiero decirte esta noche que eres… no, no, no… es muy gay… voy a arruinarlo… pero… ¿qué va a pasar?... ¿será igual?... ¡y si llega a odiarme?... para siempre… ¿podré mantener una promesa?... ¿qué más puede arruinarlo?... trece años… demasiado… muchas cosas… ya no puedo arruinarlo más… al carajo…-
Termina de beber. Se levanta de su lugar y con un movimiento torpe se dirige a tomar el objeto brillante con forma de anillo.
Una figura arlequinesca salta frente él.
- ¡Heeeeeeey!- grita el pequeño hombrecito que apenas y alcanza los 30 cm. de altura. Su aspecto es viejo y espeluznante.
- Ewww…. ¿ah?- Apenas puede decir Eckels, mientras se ajusta los anteojos para observar más nítidamente al sujetillo.
- ¡Soy el duende de los anillos!- dice el pequeñito con exaltación.
Eckels lo mira fijamente y después de dejarse caer de nuevo en el sillón, solo logra decir:
- Okeeiii… todo se arruinó, estoy pedo.

2 comentarios:

Moisés R. Rios dijo...

Hey, ese duende es el mismo que aparece cada 100 años, o es otro?

Kefka Kafka dijo...

I fuggin like it mom xD
Espero no dejar pasar otro 13 años.