jueves, 11 de septiembre de 2008

Karma (Segundo capítulo)

II

     Nicolás fue siempre un niño sano que disfrutaba de jugar en la lluvia, ensuciarse en la tierra y coleccionar animales tales como ranas, arañas y gusanos. Era, por decirlo de otro modo, un niño feliz.
Esa felicidad fue lo que hizo que su enfermedad fuera tan aterradora. A los ojos de los médicos fue un misterio, análisis tras análisis encontraban que su rápido deterioro no tenía explicación alguna.
Sus padres lamentaban mucho este hecho, pero probablemente quien mas sufrió en esta etapa fue su hermano Joaquín, quien era menor que el por dos años. Lloraba día y noche y cuando por fin lo dejaban entrar al cuarto donde Joaquín yacía lleno de tubos y cosas raras por todos lados no podía sino soltar un alarido de terror.

A su tierna edad tenia la madurez suficiente para cuestionar a sus padres sobre lo injusto que es el todopoderoso. –El siempre ha sido bueno, ¿Por qué diosito lo castiga así?...
Esta agonía duro aproximadamente un mes, durante el cual Nicolás no mostraba signos de mejoría. Una lenta y silenciosa oscuridad lo cubría por completo. Nicolás era el ultimo en enterarse de su estado de salud. Creía que era una simple enfermedad, sentía ánimos y valor.
En una ocasión Nicolás trato de levantarse de la cama, lo hizo porque entendió la cara de sufrimiento que su padre tenía, pensó que si lograba levantarse de la cama haría que por lo menos tuviera de nuevo una sonrisa en su rostro.
Esto se lo confeso a su madre, cuando a ella le contaron sobre la caída que Nicolás había sufrido al tratar de levantarse de su cama, ella no pudo regañarlo, de hecho no aguantó y salio del cuarto sintiendo que todo su mundo se desbarataba en mil pedazos.
Lo que todos esperaban sucedió una noche, había entrado en un profundo sueño del cual no despertó, los médicos lo declararon muerto y empezaron los preparativos fúnebres entre llantos y ataques de histeria.
En una pequeña cajita fue velado en la sala de su casa, entre tías, primos, vecinas, amigos. La sensación de perder a un ser querido es una de las mas terribles que existe en el mundo, el saberse solo cuando despiertas por la mañana debe ser el sentimiento mas terrible que cualquier ser humano ha sentido.
Ahora bien, como sentirse ante la partida de un ser tan pequeño que no disfruto ni la mitad del tiempo que debía. Como consolar a los padres de ese niño, de esa inocente criatura.
El pequeño Joaquín, a pesar de lo que todos esperaban, no lloro cuando supo la noticia. Su mirada se perdió en un instante, envejeció en el lapso de un segundo, adquirió una frialdad como pocas se han visto en los ojos de aquellos que se dicen ser los más valientes.
Se manifestó tranquilo hasta que vio la pequeña cajita blanca en la que descansaba su hermano cuando no pudo más y se abalanzo hacia la caja, nadie trato de detenerlo, lo dejarían despedirse, como debe ser.
El pequeño Joaquín tuvo que recurrir a una sillita para poder llegar a ver el rostro de su hermano, le susurro cosas al oído, lo miro con un profundo amor para luego seguir hablándole. De repente el pequeño niño abrió los ojos de par en par, volteo hacia donde estaban los adultos con tazas de café y piezas de pan, nadie le hacia caso. Volvió a acercarse a su hermano, ahora inclinando su oreja hacia los labios del difunto niño.
Mientras tanto los padres ofrecían café y pan a los presentes, cuando se percataron de la postura del hijo menor. Joaquín se llevo sus manitas a la cara y grito con una voz chillona y aterradora -¡Esta vivo, esta vivo!

Continuará...

2 comentarios:

Belena Flores dijo...

oh por dios!
no me digas que lo enterrarán vivo.

o_o

esas cosas me paniquean a sobremanera.

Unknown dijo...

mi peor pesadilla es q me entierren vivo o morir solo en un lugar pequeño... uff empiezo a sudar...

ayer vi un programa donde a un tipo le hechaban un cubetazo de agua
pero el agua era agua de pescados podridos...

me dio asco y casi vomito...